Hoy la iglesia nos presenta la oportunidad de aclamar a Jesús en nuestros corazones como rey y centro de nuestras vidas. Al igual que las gentes que gritaban ¡Hosanna al Hijo de David, Bendito el que viene en nombre del Señor!, nosotros queremos seguir a Cristo, aunque sea complejo el proceso de seguimiento, sabiendo que detrás de la complejidad de la vida encontraremos la Luz, Luz de vida en la Pascua Eterna.